Es un hecho. Cualquier tipo de crisis, ya sea económica, global, personal o una crisis mezclada como la que se vive hoy en día, obliga a quien la vive a romper con patrones establecidos que antes hubieran parecido inamovibles.
Lo que era normal, ha dejado de serlo. Todo parece confuso, incierto. Para la gran mayoría de las personas, todo transcurre como una pesadilla de la que desea despertar y olvidarse para siempre.
Pero es dentro de ese caos e incertidumbre en donde se forjan las mayores oportunidades. Muy pocos logran encontrarlas y aprovecharlas.
Vamos a hablar de dos cosas, ¿Por qué se crean oportunidades en las crisis? y ¿Qué necesito para encontrarlas y aprovecharlas?
Todo plan tarde o temprano se encuentra con obstáculos. Pero en tiempos de crisis, algunos de esos obstáculos parecen disolverse.
En una crisis personal, las personas pueden dejar de lado patrones con los que llevaban años, revaluar las cosas importantes, revalorar lo que habían dado por sentado.
En una crisis económica, todo mundo parece dispuesto a renegociar contratos. Los negocios y personas de pronto parecen más cooperativos porque saben que su futuro depende de cómo colaboren con todos los demás.
Además, las crisis traen consigo cambio. Es probable que lo que antes funcionaba, ahora no lo haga. Surgirán vacíos que necesitarán ser llenados.
En resumen, lo que parecía imposible, de pronto se vuelve real. Lo que antes no existía, ahora es lo normal.
Son 3 puntos clave los que tenemos que desarrollar en este proceso.
Es difícil dejar de lado la preocupación en una crisis. Muy difícil. Pero es sumamente necesario. Si queremos ver el panorama claro, no podemos dejar que el estrés nuble nuestra visión o distorcione la realidad.
Hay muchas formas de lograrlo y todas son buenas. Aceptar las cosas como son, entender que tarde o temprano todo pasa. Conseguir a alguien más que nos recuerde constantemente nuestra capacidad para adaptación, meditar.
Si logras sentir calma en medio del caos, habrás dado el primer paso.
Es posible que algunas cosas regresen a como eran antes. Otras habrán cambiado para siempre. Ahora existirá un nuevo "normal" y deberemos tener claro qué implica.
¿Mi organización ha cambiado? ¿Hay productos o servicios que quedaron obsoletos? ¿Han surgido nuevos mercados? ¿La forma en las que las personas trabajan es diferente? ¿Mis habilidades son diferentes?
En resumen, tenemos que entender cómo será el nuevo futuro.
Ahora que hemos aceptado que las cosas son diferentes, es momento de diseñar una nueva estrategia. Lo que antes funcionaba, es probable que ya no funcione mas. El mundo cambió, y nosotros también tenemos que hacerlo.
Lo ideal es dejar de lado por el momento todo lo que sabíamos, lo que tenemos, lo que era.
Debemos de diseñar una estrategia teniendo en cuenta exclusivamente lo que ahora es. Y cuando hayamos definido cuáles son las nuevas áreas de oportunidad, entonces si ver la forma en la que podamos adaptar lo que tenemos.
Calma - revaluación - adaptación. Repetir.
Esto no es un proceso de una sola ocasión. De hecho, es un proceso que deberíamos de llevar a cabo siempre. Porque solo así podemos fomentar un crecimiento consistente y confiable en nosotros y en nuestras organizaciones.
El mundo cambia, y será de las personas que más rápido se adapten a él.
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